El presente volumen de la integral para voz y piano del Padre Donostia contiene una selección de cuarenta canciones compuestas fundamentalmente en dos periodos, 1913-16 y 1923-28. Al primer periodo corresponden, por un lado, catorce canciones compuestas en 1913, y publicadas en las colecciones Euskel-Eresiak (1914-1916) y Euskel-Abestijak (1914-1915), colección en la que también participaba Jesús Guridi. Otras catorce canciones, compuestas en 1916, completan la muestra de este periodo. Se trata de algunas de las piezas que Donostia empleó para ilustrar las conferencias que impartió en la Sociedad Filarmónica de Bilbao bajo el título De música popular vasca, y que fueron editadas bajo este mismo título dos años después.
Del segundo periodo, el correspondiente a los años veinte, podemos escuchar un total de trece canciones que aparecieron editadas primero en las páginas de la revista francesa Gure Herria (en 1923, 1927 y 1928), y más tarde en colecciones de canciones del propio Donostia, como Gure herria (1928), Trois chants basques (1930), o Mendi-lore (1948).
Por último, el volumen incluye un conjunto de seis canciones que vieron la luz sólo en publicaciones periódicas como la Revista Internacional de Estudios Vascos, la citada revista Gure Herria, o el periódico de San Sebastián El Día, o que han permanecido inéditas hasta hoy (si exceptuamos la edición de las obras completas ).
El denominador común de esta variada muestra de canciones, aparte de los textos en euskera, es su inspiración folklórica. Efectivamente, todas ellas toman sus melodías de recopilaciones como Chants populaires du Pays Basque (1870) de J.J. Sallaberry, o Euskal eres-sorta (1921) del propio Donostia. Hay que recordar que la creación de canciones que funden la melodía folklórica con el formato “culto�? para voz y piano fue una práctica bastante habitual entre los compositores vascos de las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX. Entre 1870 y 1939 se compusieron más de seiscientas canciones de este tipo, y entre sus autores podríamos destacar, además de al padre Donostia, a Jesús Guridi, a Antonio Alberdi, a Resurrección María de Azkue, o a Norberto Almandoz, por citar sólo unos pocos nombres conocidos. Esta práctica está en relación con el movimiento de recuperación y divulgación del folklore musical vasco que venía desarrollándose en el País Vasco desde finales del siglo XIX. Fiestas Euskaras, Juegos Florales, edición de cancioneros, concursos organizados por instituciones públicas, y artículos y conferencias en torno a lo que se denominaba “la música popular vasca" son algunas de sus manifestaciones. La aportación del Padre Donostia a este campo no se limitó sólo a la composición, sino que se extendió también a la labor de campo y a la posterior investigación musicológica. Sus trabajos animaron un intenso debate en torno a la canción folklórica a un nivel que deseaba ser científico, aunque nunca logró desasirse por completo de los prejuicios esencialistas que aún teñían la investigación sobre este tema.
En cuanto a la factura de las canciones que aquí se presentan, hay que destacar la delicadeza y la originalidad del estilo personal del compositor. Aunque normalmente procede de manera directa, replicando en el acompañamiento tanto la melodía como la armonía de la fuente folklórica, no dejamos de encontrar soluciones originales. La belleza de sus propuestas reside sobre todo en la sencillez de procedimientos, en coherencia con la economía de medios del tipo de pieza que se quiere crear. Es el caso de “Choriñua kaiolan", cuyo acompañamiento sugiere las palabras del poema y varía sutilmente con el cambio de sentido de los versos. O de “Belhaundiko bortian", que desarrolla un acompañamiento independiente de la melodía, comenzando, por ejemplo, con la escala descendente de si menor. O de “Atte ttun ttun", que avanza en el piano un motivo que aparecerá en la melodía sólo cerca del final.
En definitiva, la recuperación y difusión de este legado de gran valor musical hará justicia a la faceta todavía poco conocida de Donostia como creador de canciones, y aportará sin duda un placer a los oidos sensibles.
Isabel Díaz Morlán
1 Obras Musicales del Padre Donostia, Archivo P. Donostia, Lecároz, 1965, edición de Jorge de Riezu.
1. Urrundik ikusten dut
2. Matxakaran beltxa
3. Oroitzen naiz
4. Nundik ator astoa
5. Artizarra zeruan
6. Neura maitena
7. Jendia lodi dator
8. Bentanatik bentanara
9. Oraingo aldian
10. Kantarien errege
11. Utsuan difuntua
12. Adizan Gabriela
13. Bazko eta Salbatore
14. Aterra or eldu da
15. Tinter lanter
16. Lendabiziko ori
17. Santa Bárbara
18. Zazpi ehiera baditut
19. Txoriñua kaiolan
20. Goizian on
21. Txakurrak hau
22. Ene maitea
23. Iragan besta biharamunian
24. Subia dabil
25. Maria erramuna
26. Xulufrina ta arrosa
27. Nolan antziñako obtura
28. Oi Pello
29. Atte ttun ttun
30. Horra gitzagizie
31. Erregek gizon ederrik
32. Mehetegiko xakurra
33. Oi laborari gachua
34. Haltzak eztü bihotzik
35. Ene maitia barda nun zinen
36. Ichkerraren zamaria
37. Belhaudiko bortian
38. Choriñuak kaiolan
39. Mendekoste phestetan
40. Ahaire zahar
“Una música como esta, que a menudo es confidencial, exquisita siempre y poco dada grandes alardes ni a aparatosos despliegues, demanda mesura en la expresión y sumo cuidado en la interpretación, y las versiones que aquí escuchamos son, en este sentido, ejemplares. Así pues, interesante y atractiva música excelentemente interpretada” (Josep Pascual CD Compact)
"El paseo de Almudena Ortega y Josu Okiñena por la obra para voz y piano del Padre Donostia (1886-1956) llega con estas dos entregas a sus etapas tercera y cuarta, ahora de la mano de la joven casa NB y con una presentación muy bella. (...). Algunas de ellas son muy conocidas (la canción de cuna Txalopin txalo puede ser un ejemplo de esa "primitiva sencillez" que siempre trató de encontrar Donostia), y a todas se entregan soprano y pianista con cuidada gracia y sensibilidad" (Asier Vallejo Ugarte SCHERZO 2007)
"En fin, estamos ante una por muchos motivos feliz aportación a las ya numerosas que la canción española de concierto viene recibiendo en los últimos años" (Andrés Ruiz Tarazona DIVERDI)