Artista:Ochote Ozenki
Género:Música coral
Referencia:NB018
Año:2009
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Dos son los motivos principales por los cuales el Ochote Ozenki se ha animado a realizar el presente registro. El primero, ha sido cumplir 25 años de actividad continuada en el difícil mundo coral actual. Más difícil aún en una disciplina tan compli- cada como el ochote. Una profunda amistad entre sus miembros y un profundo amor por lo artístico, en éste caso lo coral, son los motivos fundamentales para continuar una labor, no sólo de satisfacción personal por el logro artístico y musical, sino también de preservación y difusión de un repertorio poco habitual. El segundo motivo y quizás el más importante ha sido homenajear a Donostia, la ciudad que todos llevamos en el corazón. Muchos han sido los compositores vascos y foráneos que han tenido la tentación de plasmar en sus partituras su belleza, el mar que la abraza o su ambiente. Quede éste modesto intento, como reconocimiento a los compositores que, en casos desde la lejanía, no olvidaron su ciudad natal ni el pueblo que les acogió.
Las obras y sus autores
Pablo Sorozabal (1897-1988)
1. ¡Ay tierra vasca! 8. Celos de la pura brisa 9. Maite
Pablo Sorozabal (Donostia 1897-1988) fue más conocido por su repertorio zarzuelístico que por el coral. Pero los tres personajes femeninos que le dieron fama y gloria: «Katiuska», «La del manojo de rosas» y «La tabernera del puerto» no le hicieron descuidar el acervo sentimental hacia su querida Donostia. Inició sus estudios musicales en la Academia de Bellas Artes de San Sebastián. En 1914 ingresó en la Orquestadel Gran Casino, dirigida por su profesor de violín Alfredo Larrocha. Estudió armonía y composición con Beltrán Pagola y en 1920 se traslada a Leipzig, estudiando con- trapunto con S. Kreil y dirección de orquesta con H. Sitt. Tanto «Maite» como la habanera titulada “Celos de la pura brisa” forman parte de la película de ambiente vasco titulada “Jai Alai” compuesta hacia 1940. En ella intervinieron los Bocheros, para los cuales compuso la primera de ellas. Una conocida adaptación de la segunda de estas obras, con diferente letra, se hizo muy popular en Donostia bajo el título “Habanera del Guría”, por ser este el nombre del Café en donde se interpretaba. “Ay tierra vasca”, escrita en 1956 para tres voces graves y piano, supuso tal éxito que le obligó a realizar otras versiones. La más cono- cida es la de 1963 para coro a voces mixtas y orquesta, con texto euskérico de Nemesio Etxaniz, adaptada bajo el título “Euskalerria”.
Raimundo Sarriegui (1838-1913)
2. Festara! 4. Beti Maite
Donostia, 14 de agosto, 12 de la noche, víspera de la Virgen en plena Semana Grande donostiarra, la coral de la Sociedad Gaztelubide interpreta puntualmente cada año el «Festara» frente a su sede. Este tema musical escrito por Raimundo Sarriegui (1838-1913) a modo de pregón festivo resume el sentimiento «koxkero» por excelencia. Sarriegui, autor asimismo de la conocida y amada marcha de San Sebastián, supo ofrecer al incipiente movimiento orfeonís- tico de su época bellas obras corales de sabor local. Su colaboración con coros, bandas y txistularis fue constante en las fiestas locales. Otro ejemplo es su «Beti maite», homenaje a nuestro zortziko y al reconocimiento del citado ritmo por parte del pueblo donostiarra.
Pedro Ugalde (1906-1994)
3. Parte vieja 6. San Sebastián
Dos son las obras incluidas del donostiarra Pedro Ugalde. Precoz pianista desde su infancia en Irún, regresa a Donostia y continúa sus estudios en el colegio de los Ángeles donde ingresa en el coro. Si bien su vida tuvo que tomar otros derroteros profesionales, su gran afición le lleva a componer dos óperas bufas: «Il latrone» y «Faranduleros», además de cantidad de boleros, chotis, pasacalles y canciones dedicadas a Zarauz, Fuenterrabía y como no, a su querida Donosti. Según el crítico Miguel Vidaurre (Diario Vasco 11/8/1986) el bolero «San Sebastián» surgió de manera espontánea tras escuchar la retransmi- sión radiofónica de uno dedicado a Santander. Tras unos minutos de meditación al teclado fue surgiendo «San Sebastián no hay más que uno en el mundo...». Su ofrecimiento por parte de unos conocidos a Ana María González, la voz luminosa de México, y su estreno en el Tenis de San Sebastián, hicieron el resto. Todo ello supuso un éxito radiofónico y los discos se agotaron en la primera edición, si bien pronto cayó en el olvido del que desde OZENKI intentamos rescatar. Pocos temas describen de manera tan pre- cisa y cálida nuestro txoko donostiarra como “Parte Vieja Donostiarra”. Escrita en forma de habanera, el texto y la música fueron escritos y compuestos por Perico Ugalde. Editada en 1951 por él mismo, todavía hay muchos donos- tiarras que conocen aún su letra y se atreven a tararearla.
José Ma Iparragirre (1820-1881)
5. Ume eder bat Adaptación para coro de José Juan Santesteban
Pocas obras de nuestro folklore resumen la delicadeza y la belleza musical como el «Ume eder bat» del bardo José Ma Iparragirre (1820- 1881). Titulada en su versión original como «Nere Maitiarentzat», la versión ofrecida en este re- gistro parte de una armonización de Jose Juan Santesteban (1809-1884), si bien musicalmente poco se aleja de la versión para voz y piano. A José Juan, conocido como el «maishuba», se le puede calificar como el padre del movimiento coral guipuzcoano, y fue fundador en 1865 del «Orfeón Easonense», entidad predecesora de nuestro actual Orfeón Donostiarra.
Francisco Madina (1907-1972)
7. Iru damatxo
El oñatiarra Padre Madina es un autor conocido y difundido por el Ochote Ozenki, a quien le dedicamos nuestro primer CD en 1996. Músico de sólida proyección internacional desarrollada en Argentina y Estados Unidos, fue el alma mater de la Coral Lagun Onak de Buenos Aires, y nunca abandonó la composición de repertorio coral, dedicando gran parte de sus obras al ochote Irrintzi de Oñati, grupo del que fue impulsor en su creación y al que ayudó durante sus comienzos. “Iru damatxo” está basada en el conocido tema popular, y responde a la vocación creativa de Madina dentro del repertorio concertístico en la era dorada de los concursos de ochotes, desarrollados por toda nuestra geografía. Bruscos cambios de dinámicas, sonoras armonías y un ágil contrapunto son algunas de sus caracte- rísticas
José Olaizola (1883-1969)
10. Donostia
José Olaizola nace en Hernani en 1883. A los 8 años inicia los estudios musicales con el or- ganista de Hernani, Manuel Cendoya. Continúa estudiando armonía, contrapunto, composición, órgano y conjunto vocal en la Academia de Bellas Artes de San Sebastián. Junto con los Bustinduy, Echeverría, Luzuriaga y Secundino Esnaola, organiza la Sociedad Coral de la que luego surgiría el Orfeón Donostiarra. En 1906 gana la plaza de organista de la parroquia de Santa María de San Sebastián, sucediéndole en el puesto a José Antonio Santesteban. Participa en la fundación de la Asociación de Txistularis del País Vasco y dirige sus alardes de txistularis durante varios años. Fue concejal del Ayuntamiento donostiarra en dos etapas; fue igualmente Académico correspondiente de la lengua vasca, así como autor de obras de teatro como “Bigar arte? Ja, ja”, Markesaren alaba”, “Bizi modu berria” o “Antziñako legiak”. Era la Semana Santa" de 1964 y la familia Olaizola decide pasar el verano en la villa de Zarautz. En ella, el compositor hizo una gran amistad con la agrupación coral «Oleskariak», a los que había conocido en un concurso de ochotes celebrado en Donostia. Un día almorzó con su director Imanol Urbieta y el bajo solista Paxo Olazabal. Tras la velada aprovechan el piano ubicado en el comedor para interpretar algunos temas. De dicha sesión musical surgió en José la inspiración para escribir la canción coral «Donosti». “Donosti”, lejana a una concepción musical tradicional, no deja de ser un interesante intento de acercamiento a las nuevas tendencias musicales de la época.
Ricardo Sabadie (1926-)
11. Txuri urdin
¿Qué donostiarra o guipuzcoano desconoce el himno de la Real Sociedad o no lo ha tarareado alguna vez? Aunque quizás no sean muchos los que recuerden el nombre de su autor. El donostiarra Ricardo Sabadie, nacido en 1926, fue tiple en la iglesia del Buen Pastor de la capital guipuzcoana, y realizó estudios de armonía y composición con el profesor Francisco Escudero. Gran apasionado de su ciudad, no podía olvidar a la Real para la cual compone en la década de los setenta su himno, una biribilketa originariamente para voz, txistu y atabal. Autor de otras obras de mayor peso compositivo como su «Concierto para piano y orquesta» o su «Suite en miniatura» estrenada por Ramón Usandizaga, sigue siendo sin embargo este himno su obra más popular y querida. Arreglado para coro de voces graves por nuestro director Joseba Hurtado, lo incluimos como homenaje a nuestro querido equipo en su centenario, esperando que le insufle ánimo y moral.
César Fuentecilla
12. San Sebastián
Pocos son los datos biográficos de César Fuentecilla, compositor de comienzos del siglo 20. Colaborador en el ciclo de conciertos del Orfeón Donostiarra, compone varios lieder, obras religiosas y profanas, editadas por la editorial donostiarra J. Schmoll. Amigo del crítico musical José León Urreta, edita en 1945 un bello librito titulado “Apotegmas”. “San Sebastián” también tiene algo de dicho breve y sentencioso. Tras un inicio marcial y vigoroso, un tema más lírico, un guiño a las habaneras en su transcurso y un texto algo alocado y jovial ponen el resto.
Jesús Guridi (1886-1961)
13. Boga Boga 14. El día de las regatas
Guridi nació en 1886 en Vitoria-Gasteiz. Hizo sus primeros estudios musicales en Madrid. Los continuó en Bilbao con Sainz Basabe y amplió en la Schola Cantorum de París con Vincent d’Indy y más tarde en Bruselas con Joseph Jongen y Colonia con Otto Neitzel. Desde 1912 fue director de la Sociedad Coral" de Bilbao e inició una brillante etapa de compositor, escri- biendo en todos los géneros: música religiosa, para coros, órgano, música de cámara (dos cuartetos de cuerda), sinfónica (Sinfonía Pirenaica, Homenaje a Walt Disney), lírica (Mirentxu, Amaya, El Caserío, Mari-Eli, Peñamariana...), música de cine, etc... En 1939 fijó su residencia en Madrid, pero nunca olvidó Donostia donde residió largas temporadas en la villa «Mirentxu» ubicada en barrio donostiarra de Aiete. Dos obras con sabor marinero como “El día de las regatas” y “Boga boga” se incluyen en este disco. La primera, verdadera historia de ambiente koxkero, fue estrenada por los Bocheros en América con el subtítulo de estampa donostiarra y grabada por la Casa Columbia de San Sebastián en 1961. Poco se puede aportar al “Boga Boga”, conoci- da melodía recogida por Aita Donostia en 1942 de labios de Amantzi Urriolabeitia bajo el título de “Barkora, mariñelak”. Éste último la aprendió en su infancia en Lekeitio, en la escuela de José Etxeberria, antes del año 1887. El arreglo de Guridi aporta una nueva visión con nuevas armonías y dinámicas.
El Ochote Ozenki
El donostiarra Ochote OZENKI se fundó en 1983, actuando por vez primera en las Euskal Jaiak de aquel año, en un festival de ochotes que tuvo lugar en la Plaza de la Constitución. En 2008 el Ochote OZENKI celebró sus bodas de plata. Han sido 25 años de continua dedica- ción a la música coral vasca, especialmente en el ámbito del canto tradicional de los ochotes. Durante este tiempo, OZENKI ha representado a Donostia en importantes festivales corales: Vilanova i la Geltrú, Aranda de Duero, Borja, La Couronne (Francia), Omis (Croacia)... Hay que destacar también la presencia asidua en los festivales de ochotes que se celebran periódi- camente en Cambó-les-Bains, Iruña, Bordeaux o Portugalete. OZENKI ha ofrecido decenas de conciertos por toda la geografía guipuzcoana, bien sea dentro de Festivales Corales o Jornadas Musicales (Pasaia, Oñati, Zumaia, Zumarraga, Billabona...), en actos conmemorativos (aniversario del Padre Madina en Oñati; 25 años de la Federación de Coros en Tolosa), o incluso actuando en el marco de fiestas populares (Deba, Legorreta, Errenteria...). Es también el único ochote que ha intervenido en varias ocasiones en el programa “Kontzertiz” de conciertos comentados, presentando obras como “Ochote y música: un buen menú”, “Un país gastronómi- co-musical” y “La vuelta al mundo en 80 fusas”. Y por supuesto, como todo buen ochote que se precie, OZENKI es requerido habitualmente para amenizar cenas, congresos y reuniones en los ámbitos más diversos. El Ochote OZENKI ha participado además acti- vamente en diferentes actos de la vida donos- tiarra: en 1987, OZENKI tomó parte en la ópera “El Barbero de Sevilla” en la Quincena musical de aquél año, interpretando la parte coral de la citada obra. Desde hace varios años ofrece un concierto asimismo en la jornada de apertura de la Quincena Musical. Y no hay que olvidar que en Junio de 1999, OZENKI intervino en la inauguración del Cubo Pequeño del Kursaal. El Ochote OZENKI ha grabado dos discos. En 1997 presentó su CD “Aita Madina”, dedicado íntegramente a la obra de este compositor, con temas escritos expresamente para ser inter- pretados por ochote. En 2001 grabó el disco “Festara!”, con temas populares tradicionalmen te cantados por los ochotes.
OCHOTE OZENKI
Tenores primeros:
Josetxo Urain
José Mª Murua
Juan José Fernández
Enrique Cormenzana
Tenores segundos:
Iñaki Olaetxea
Juan Pablo Lizarza
Pello Leiñena
Barítonos:
José Javier Echeverría
Ramón Barandiarán
Arsenio Gutiérrez
Bajos:
Antxón Pérez
Ramón Zubillaga
Diego Odriozola
Director: José Ignacio Hurtado
Javier González Sarmiento, piano
Juan Pablo Lizarza, acordeón
Imanol Artola, txistu
1. ¡Ay tierra Vasca!. Pablo Sorozabal (1897-1988)
2. Festara. Raimundo Sarriegui (1838-1913)
3. Parte Vieja. Pedro Ugalde (1906-1994)
4. Beti Maite. Raimundo Sarriegui
5. Ume eder bat. José María Iparraguirre (1820-1881)
6. San Sebastian. Pedro Ugalde
7. Iru damatxo. Francisco Madina (1907-1972)
8. Celos de la pura brisa. Pablo Sorozabal
9. Maite. Pablo Sorozabal
10. Donostia.´José Olaizola (1883-1969)
11. Txuri Urdiñ. Ricardo Sabadie (1886-1961)
12. San Sebastian. Cesar Fuenteceila
13. Boga Boga.Jesús Guridi (1886-1961)
14. El día de las regatas.
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